¿Planificando?

En la montaña rusa en la que nos encontramos subidos, con un virus caprichoso campando a sus anchas y unas administraciones públicas y los gobernantes que las rigen desnortados, peligrosamente iliberales, faltos de flexibilidad y con una escasa capacidad de aprendizaje e innovación, los directivos de las empresas privadas, en buena parte de sectores, se enfrentan a un panorama muy difícil y, ellos sí, han de demostrar su capacidad de innovación y adaptación.

No sabemos cuántos meses faltan para que la situación se normalice o, mejor dicho, para que nuestros sesudos gobernantes consideren que se puede normalizar, lo que sí sabemos es que las empresas solo conseguirán sobrevivir si sacan lo mejor de sí mismas.

Algunas de las lecciones que podemos sacar de esta situación es que, cuanto más capitalizada esté una compañía, cuanto más diversificados y más leales sean sus clientes, cuanto más solida sea la implicación de su plantilla, y cuanto más innovadora y flexible sean sus políticas, más capacidad de aguante tendrán en una situación adversa como la que vivimos. En la situación actual ganar tiempo es clave y estar atento a las oportunidades que se puedan presentar es una actitud vital que debe usted cultivar. No lo dude, habrán oportunidades para los que lo hagan mejor.

Si me permiten un apunte sobre el sector turístico, estamos viendo como, de repente, el que durante muchas décadas ha sido un puntal de nuestra economía sufre esta situación de forma muy profunda y sin merecerlo, y además es puesto en tela de juicio de una forma un tanto encubierta. Muchos “expertos” argumentan ahora que no es positivo que nuestro país dependa tanto de esa actividad. Permítanme que opine que la forma en la que se explican algunas de estas voces, denota una postura un tanto hipócrita. Los empresarios y los trabajadores de este sector no tienen la culpa de lo que está ocurriendo y, si me permiten el humilde vaticinio, cuando todo esto pase, volverán a ser ellos los que tiren con fuerza de la economía ayudando al país a salir del bache.

Que me digan que el crecimiento español debería estar más centrado en otros sectores para ir disminuyendo el peso relativo del turismo, lo acepto. Pero España tiene una serie de ventajas competitivas relevantes para tener una industria turística potente y eso no debe cambiar. Cosa distinta es que crezcan con más fuerza otros sectores vinculados a la tecnología, la industria o la innovación y eso haga que el turismo pese relativamente menos.

Lógicamente hay sectores que tendrán más fácil sobrellevar esta situación que otros, pero todos ellos se encuentran en la tesitura de hacer planes y presupuestos para 2021 y, la pregunta es, ¿cómo demonios lo hacemos? Desde luego, poco de lo que hemos aprendido sobre la planificación en el pasado nos va a servir. Algunos consejos útiles para planificar el 2021:

  • Desaprenda y, excepcionalmente, no utilice el presupuesto como una declaración de objetivos a seguir sino como una seria de planes de contingencia
  • Dibuje bien tres escenarios distintos y haga tres planes diferentes
  • Planifique los costes en máximos y diferencie por trimestres. La situación puede cambiar radicalmente de un trimestre al otro
  • Presupueste los ingresos con una gran prudencia, también por trimestres y utilizando los tres escenarios. El escenario más optimista debe ser prudente
  • A pesar de la complejidad del trato con la administración, siga investigando posibles fuentes de ayuda pública
  • Sé que es difícil, pero no olvide que hay vida más allá de la Covid-19 y más allá de los próximos meses. No se olvide de las inversiones necesarias, ni en activos ni en capital humano y, sobre todo,
  • Asegúrese de que la tesorería no le fallará

Se trata de sobrevivir, manteniendo en lo posible el empleo de calidad y el servicio al cliente.

Fuente: https://pixabay.com/es/photos/ahorro-presupuesto-inversi%C3%B3n-dinero-2789112/

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